Cansado ya de beber tantas veces refrescos americanos en tabernas españolas he decidido -mi tiempo me ha costado- elaborar unas cuantas líneas como canto de
Imaginemos una tarde sevillana de primavera. La ciudad está inmersa en olor a azahar; una suave brisa acaricia dulcemente los árboles. Muchos peatones han aprovechado